El porqué de los conceptos autoindulgencia y victimismo

Hablar de autoindulgencia y victimismo o de este tipo de conceptos es peligroso ante el público en general, que conoce desde lejos la Psicología. Se corre el riesgo de que quien conozca esta información, después busque como diversión, a personas con estas características, para rotularlas. Advertencia, una cosa es un rasgo de la personalidad o una estrategia o comportamiento presente en millones de personas y otra cosa es la presencia exagerada y exacerbada de este rasgo o estrategia.

En el proceso se me complicó llegar a los términos auto indulgencia y victimismo. Primeramente, navegué entre los términos autocomplacencia y autocompasión. Sin embargo, después de investigar y de una profunda reflexión, utilizaré los 2 primeros términos y explicaré la razón de su uso.

La autoindulgencia es sentir una enorme pena por uno mismo. En este caso, existe un rasgo exacerbado por una visión narcisista de la vida. Esta persona se dice a sí mismo y a los demás, “nadie sufre lo que yo sufro”. Como dice el dicho “una mentira que se repite mil veces, se convierte en verdad. Si es necesario, esta persona lo repetirá en cada oportunidad que pueda. Este individuo exagera en culpar a otros y a sus circunstancias. No pide, exige atención y comprensión, pero es incapaz de dar un poco de lo que exige. Quien utiliza esta estrategia, no busca solucionar los problemas, sino excusarse de su poca o nula movilidad. Presentará estados de enorme inestabilidad emocional y privaciones.

La autoindulgencia va muy ligada con el victimismo. Seguramente esta persona ha sido víctima de muchas circunstancias, como lo hemos sido millones. Claro que hay de sufrimientos a sufrimientos. Pero el victimismo, no es lo mismo que ser víctima ante todo y de manera permanente. El victimismo, es una reacción exacerbada. El victimismo es una necesidad expresada hasta la necedad, donde nunca se llega al hartazgo. Va junto con una idea narcisista de que es la única persona que tiene muchos y graves sufrimientos.

autoindulgencia y victimismo VS autocompasión

Delimitando lo que es y lo que no es autoindulgencia y victimismo

Millones de personas pueden llegar a ser autoindulgentes o a usar el victimismo de manera circunstancial. Esta mal, sí, no es la mejor de las respuestas, pero en alguna etapa de la vida o momentos se pueden utilizar estas estrategias negativas. Yo hablo de cuando se logra un estado narcisista en el que se es uno con la autoindulgencia y el victimismo.

Ojo, un psicólogo poco experimentado o con pocas herramientas, o una persona sin preparación, pueden encontrar que cualquier persona puede tener estos 2 rasgos exacerbados. Simplemente, porque no saben cómo tratar y motivar cambios en otros seres humanos. Los problemas humanos son complejos y se necesita una gran preparación para atenderlos.

Lograr este estado exacerbado de autoindulgencia y victimismo, no es para nada tarea sencilla.  Estos individuos han aprendido esta respuesta ante la vida, principalmente en su sistema familiar y puede ser reforzado también por otras personas cercanas, como compañeros de escuela, del trabajo y amigos.

Comúnmente pesan sobre estas personas expectativas de otros, que han internalizado profundamente. Son expectativas que creen que tienen que cumplir, pero se sienten incapaces de lograrlas. Si pudieran auto causarse cáncer, ataques cardíacos o enfermedades incapacitantes, lo harían. El problema es que estas enfermedades no se causan a voluntad propia. La respuesta ante esto, es desarrollar problemas psicológicos y conductuales. Pueden ser ataques ansiedad, cualquier tipo de fobia, alcoholismo, etcétera. Pero la autoindulgencia y victimismo los convierten en personas “incurables”. Su ansiedad o alcoholismo es imposible de curar. Simplemente, no ha nacido el experto que les pueda ayudar, según ellos. No importa que haya una ciencia llamada “psicología”, que ha demostrado efectividad en casos más graves que el suyo”.

autoindulgencia y victimismo VS autocompasión

Diferenciar autocompasión de auto indulgencia y victimismo

No confundir la autoindulgencia con la autocompasión. Este segundo término es visto como positivo. Alguien autocompasivo es capaz de percibirse a sí mismo de manera realista. Además, acepta a las demás personas también como personas imperfectas y vulnerables. Cree que otras personas pueden sufrir como él. Es capaz de ofrecer ayuda auténtica a otros y de recibir ayuda auténtica de otros. Esta persona sabe que los problemas son inherentes a la vida. Es capaz de resolverlos o buscar ayuda psicológica si lo necesita. También puede sufrir problemas de ansiedad, fobias o depresión. Pero su actitud autocompasiva le ayuda resolver sus problemas en una terapia psicológica.

La persona que utiliza la autoindulgencia y el victimismo, es como si viviera delante de un espejo todo el tiempo. Sus problemas son imposibles de resolver, él ni nadie puede hacer nada para resolver sus conflictos. No importa que haya otros con peores condiciones que él, demostrado científicamente. Su visión narcisista no le va a permitir reconocer los problemas de otros.

Victimismo y narcisismo

A diferencia de lo que se puede pensar, esta persona que utiliza estas estrategias negativas, es muy inteligente. Generalmente, su inteligencia es de normal a notable. Pero su inteligencia tiende al pesimismo. Contrasta con su búsqueda infructuosa de soluciones mágicas, que internamente, saben que no van a funcionar. Por eso es que lo intentan por ese lado.

La diferencia con una persona autocompasiva, es que la inteligencia de esta, tiende a la búsqueda de soluciones factibles. Una persona autocompasiva puede llegar a utilizar para motivarse a sí misma, ejemplos de personas con circunstancias más difíciles que las que ella sufre. En cambio, una persona que utiliza la autoindulgencia y el victimismo, simplemente no puede hacerlo. Culpa a su madre, padre, pareja, hermano o a quien pueda de todos sus males. Pero es incapaz de reconocer en sentido profundo, que sus padres u otros pudieron vivir una vida más difícil que la de él.

Autocompasión es distinto al victimismo

La utilización de la enfermedad para ser autoindulgente y usar el victimismo

Recuerdo un caso que me platico una médica, sobre un paciente que esperaba un riñón por insuficiencia renal. No trabajaba, se quedaba en cama, tenía más de 30 años y sus hermanos siempre estaban pendientes de él y lo mantenían. Milagrosamente llegó el día que parecía imposible. Se le informó que había un riñón disponible. Su respuesta no fue lo que se esperaba. Se negó a recibir el riñón. Su respuesta fue honesta, pero grotesca. Argumentó que el día que estuviera sano, sus hermanos y padres lo dejarían de ayudar, no estaba preparado para eso y simplemente se salió del programa. Parecía que deseaba un riñón, pero esperaba nunca tener esa posibilidad.

Algo que ha perjudicado que la prevalencia de la autoindulgencia y el victimismo se multiplique, es que ya no es necesario una enfermedad física crónica para declararse enfermo y sentir lastima por uno mismo. Desgraciadamente la Psiquiatría y la Psicología han contribuido a ello. Hay una gran diferencia entre una enfermedad física y los problemas psicológicos o conductuales. Haremos en el futuro un video específico sobre ello.

autoindulgencia y victimismo VS autocompasión

En resumen, una persona con cáncer, SIDA, diabetes, hidrocefalia, lupus, puede tener una mejoría en su calidad de vida si cambia sus hábitos, claro, más no curarse. En cambio, una persona diagnosticada con depresión, ansiedad, fobias, etcétera, puede curarse totalmente cambiando sus hábitos, estados mentales y su relación con los otros. El diagnóstico en estos casos es irrelevante, lo importante es detectar los detonantes y hacer cambios reales e importantes en la vida de la persona.

No podemos caer en el otro lado y menospreciar el sufrimiento de una persona que sufre crisis de ansiedad o fobia, sólo porque no tiene una enfermedad física. En verdad sufren muchísimo y tienen que buscar ayuda, pero no regocijarse de su problema. Gracias a que el psicólogo entiende el sufrimiento que les causa, es que les puede ayudar. Pero diagnosticar estos problemas como enfermedad, más que ayudar, confunde a la población. Son deficiencias de la conducta o mal funcionamiento del sistema del cual forma parte un ser humano. Son deficiencias, que, de ser solucionadas con una buena terapia psicológica, la persona puede vivir de manera plena o mucho mejor.

La visión narcisista de incurabilidad

Hay un dicho popular que dice, “esa persona busca trabajo rogándole a Dios no encontrar. Se usa para hablar de personas que hacen todo lo posible por fracasar en la tarea de encontrar empleo. La persona que recurre a la autoindulgencia y victimismo como su credo, busca ayuda rogándole a Dios que no le funcione. Hace todo lo posible para que cada intento que hace, fracase. Se coloca en una posición de “cúrame tú, para eso te pago”. Porque no está dispuesto a hacer nada, porque no reconoce control sobre su propia vida. Recordar que pesan sobre él, expectativas que cree que nunca podrá cumplir.

Ante el temor de que sí se le pueda ayudar, la persona acostumbrada a la autoindulgencia y el victimismo, simplemente sólo asiste a una cita. Incluso puede no asistir ni a la primera cita, si percibe que el profesional puede tener la suficiente experiencia para ayudarlo. En cambio, con un psicólogo poco experimentado puede tener un proceso largo. Son capaces de invertir su tiempo en estudiar al psicólogo y jugar con la terapia. Generalmente otros pagan su terapia.

Quien utiliza la autoindulgencia cree que los demás son incapaces de comprenderlo. Si le dices que lo entiendes, te dirá algo parecido a “no, no me entiendes es que sólo los que tenemos este padecimiento entendemos lo terrible que es”. No importa que tú tengas un padecimiento físico grave, es capaz de metafórica o literalmente, tirarse al piso, delante de ti. Porque sólo se reconoce a sí mismo y no reconoce el dolor de otros.

La victimización

La formación de la visión autoindulgente y el victimismo

La autoindulgencia y el victimismo no son más que grilletes que agravan un problema. ¿Hay solución? Claro que la hay, pero son problemas extremadamente complejos. Estas personas tienen un sistema que los ha enseñado a funcionar de esa manera, desde pequeños regularmente. Este mecanismo lo podemos ver en la mayoría de los niños, más la intervención de los padres y el mundo les cambian esta visión egocentrista. Entre más tiempo pase, la sensación será de mayor imposibilidad de resolución. Estás personas pueden comenzar con sus problemas de ansiedad desde los 8 o 10 años y sufrirlos hasta los 40 o 60 años.

Comúnmente estas personas tienen una pareja, una madre, los padres en su conjunto, un hermano, etcétera, que son quienes son los proveedores que les permiten funcionar a un cuarto de maquina o permanecer casi inmóviles. Son ellos principalmente los que le pueden ayudar. Primeramente, no menospreciar su sufrimiento. Pero es evidente cuando alguien utiliza la autoindulgencia y el victimismo. El que sufre el problema que cree grave e incurable, mira el mundo desde un punto de vista narcisista. Es vital que quien lo ayude, experimente la compasión, más no la lastima y que no sea complaciente con su comportamiento.

Autoindulgencia y victimismo VS autocompasión

Entre más tiempo pase, la autoindulgencia y el victimismo van acabando con la voluntad de cambio de la persona. Si éste no quiere asistir terapia psicológica, es vital que su ambiente busque asesoría sobre cómo sacar a la persona de su zona de confort. Es vital que por lo menos llegue a ser lo más funcional posible. La terapia sistémica es la más recomendable para este tipo de casos. Porque la limitación es menor que otras terapias. Las personas que toleran su autoindulgencia y victimización, en lugar de ayudar, alimentan el síntoma y la sensación de que nunca se resolverá la situación.

Las ventajas de no usar la autoindulgencia y el victimismo

Una persona que no utiliza las estrategias de la autoindulgencia ni el victimismo como forma de vida, tendrá enormes posibilidades de resolver sus problemas psicológicos y/o conductuales, por más graves que estos sean. En cambio, quien las usa, les sirven para funcionar a un cuarto de sus posibilidades. Del trabajo a su casa y viceversa. En otras ocasiones simplemente la persona se encierra en su mundo narcisista y se queda casi inmóvil.

He sido testigo de personas que viven con enfermedades graves como cáncer terminal, leucemia, o con deficiencias físicas como ceguera, imposibilidad para caminar, etcétera, cuya visión de la vida es muy positivista. Son incluso capaces de lograr desarrollarse más allá de su potencial. Tampoco podemos achacar todo a la persona que utiliza la autoindulgencia y el victimismo. La persona aprendió esa estrategia del sistema. Pudo haberlo aprendido por imitación, por permisividad, negligencia o puede aprenderlo en una etapa más tardía de su vida. Sin duda es un aprendizaje negativo o una conducta regresiva y perjudicial.

Perona que se hace la victima

También he visto a personas con graves problemas en su vida, darles la vuelta a situaciones caóticas. Separaciones traumáticas, fallecimientos de seres queridos, quiebras de sus empresas, desintegración familiar, incluidas varias problemáticas al mismo tiempo. Problemas que serían enormes para cualquiera. Pero estas personas no son autoindulgentes ni recurren al victimismo, por lo menos, no en un grado exacerbado. Son capaces de reconocerse como parte del problema y de la solución. Son capaces de tomar un proceso terapéutico porque entienden que tienen injerencia en su propia vida. Aquí se categorizan la mayoría de personas que acuden a ayuda psicológica.

Un mundo cada vez más complejo y difícil

Tenemos que reconocer que el mundo se ha tornado cada vez más difícil. Hay pocas oportunidades de trabajo de calidad y es mucha la demanda. Vivimos en un mundo cada vez más desigual. A veces es mucho lo que se espera de una persona y son pocas las herramientas psicológicas y conductuales que se le enseñan y aprende. El macro sistema del cual formamos parte todos, no es tan halagüeño como quisiéramos. Ante el individualismo y las expectativas irreales, la respuesta son los padecimientos psicológicos y conductuales.

Lo peor que puedes hacer por alguien que amas, es hacer por él lo que él puede hacer. Eso agrava las estrategias autoindulgentes y el victimismo. Sin embargo, hay muchas cosas que podemos hacer para darle el empujoncito a alguien para que salga de su situación. Somos parte de un sistema interconectado. Siempre hay que recordar que juntos somos más fuertes y siempre podemos tenderle la mano a quien pasa por una adversidad. Unirse, buscar, construir y exigir un macrosistema con mayores oportunidades y derechos, es una opción fundamental.

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