Un caso de depresión parte 2 -Gabriela N 

Un caso de depresión, parte final del proceso psicológico

Recordamos que estamos hablando de un caso de depresión parte 2. A esta altura del tratamiento, Gabriela N había conseguido su objetivo por el cual asistió a terapia. Las citas se hicieron cada vez más espaciadas para romper o evitar cualquier dejo de dependencia a la terapia e ir fortaleciendo las capacidades de ella. Las personas tienen que aprender a desarrollarse sin el psicólogo. Los hijos de Gabriela N, se habían adaptado a las nuevas exigencias de su empoderada madre. Ahora era capaz de orquestar sus reacciones de amabilidad y dureza de manera inteligente.

Recuerdo como anécdota, que una terapeuta que trataba con la hija de Gabriela N me increpó por espaciar la cita con ella hasta un mes. Me dijo que la hija le reportó que llegó a ver llorando a su madre. Entonces la colega me replicó «oye, entonces no esta tan bien, ¿por qué la citas para un mes».

Pues resulta que cuando Gabriela N regreso después de un mes, llegó con una actitud muy positiva. Se sentía vigorosa y con muchas ganas de salir adelante. Tenía una clara idea de que la vida es complicada a veces, que tiene sus bemoles, pero que se debe seguir trabajando. Este es otro elemento identificado en Gabriela N, saber que sí, el tratamiento concluyó o está por concluir, pero que la vida no es “sencillita”. Sabía que vendrían nuevos retos y debía estar preparada para cada uno de ellos. Entendió que se puede llorar o reír, que es parte de la vida, pero que debía que seguir el camino de la independencia.

Aquí no termino la historia en terapia de Gabriela N, ella llamo tiempo después para concertar unas nuevas citas. Esta vez asistió por un problema familiar, que rápidamente se sorteó y para pedir otras nuevas citas de manera individual. En este punto es donde el caso de depresión se volvió un ejemplo muy relevante del tema que trato en este artículo. 

La persecución de los sueños

Todo paciente tiene la posibilidad de hacer un nuevo contrato terapéutico para un nuevo problema a trabajar. Pero esta vez no era un problema lo que se trabajaría, ahora tocaba trabajar la consecución de un sueño que ella tuvo de más joven. El sueño se había pospuesto por razones de formar una familia muy temprano. Lo intentó en otro momento después de la primera falla de su marido. Aquella vez se permitió ser frenada por voces de personas que la motivaron a seguir el destino de toda mujer abnegada, “una mujer tiene que estar con su marido”. El clásico de que, porque por razones divinas «pues ya le toco esa suerte, es su cruz».

Un caso de depresión mayor parte 2

 

El sueño era dedicarse a una actividad que ya había hecho aquella ocasión que dejó a su esposo por aquella primera infidelidad. Tendría que irse a vivir a un lugar lejano, lejos de sus hijos que tanto amaba. Ellos ya eran mayores, pero ¿Cómo alejarte de tus hijos? Para esto Gabriela N ya no vivía en la casa que compró junto con su marido. No es que por ser la esposa le correspondiera la mitad de la casa, ambos aportaron para comprarla. Recordemos que aquella mujer fue temerosa de la vida. Fue ignorada en muchas decisiones, a pesar de hablar y pedir las cosas educadamente. Tuvo miedos terribles y mucho tiempo se vio superada por sus conflictos. Recordar el derrumbe de su negocio que por años fue sustento de la familia. De verdad, ¿ahora quería cumplir sus sueños de juventud?

Esto ya no era normal, hablamos de algo superior, una capacidad anormal, que va más allá del terapeuta. Eso sí, el psicólogo puede ayudarte a dar ese gran paso, si lo luchas y si así lo quieres. Aquí esta otro elemento notable en Gabriela, la lucha por conseguir tus sueños. Para conseguirlos se tiene que tener un plan bien definido, no cuadrado, pero sabiendo pros, contras, los medios, etc.

Obstáculos poderosos

En este momento antes de dar el gran paso, fue cuando las cosas se volvieron más complicadas. Gabriela N estaba en el ojo del huracán por perseguir sus sueños. Acusaciones de ser una mala madre por dejar a sus hijos. Todos sabían que ya eran mayores, pero al fin eran sus hijos. Ese, según mi apreciación fue el obstáculo más grande al que se enfrentó. Paso de ser un caso de depresión parte 2, a ser vista como una rebelde desmedida.

Según la visión de la mayoría, visión que considero más que herrada, pero común, le decían que su tiempo ya había pasado. Pues sí, muy bien, superó el caso de depresión, que bueno. Se le veía llena de energía, sus hijos y familiares la aplaudían sus decisiones. Algunos la felicitaban, por al fin dejar a aquel hombre que todos sabían de sus ácidos comportamientos. Pero «ya se estaba pasando con eso de cumplir sus sueños». Esto frenaría a la mayoría, porque es demasiada presión.

Obstáculos para el desarrollo individual

 

Lo que más amaba en la vida la frenaba, sus hijos. Cada uno por razones, creo normalmente validas, pero equivocadas. Al principio era «pues qué bonito, sí hazlo» pero cuando ya todo se vio enserio y ano fue tan bonito. Cuando amarró casa en aquella ciudad y todo estaba listo, vinieron los intentos más fuertes de parte de sus hijos, para frenarla. No porque no la amaran, sino que casi nadie quiere lejos a su madre, así sea para cumplir sus sueños. Y así a empujones, jalones, luchando, ellos lo entendieron, pero no lo compartieron, pero ella lo tenía claro «sueños, allá vamos».

Este fue otro elemento importante en el tema que tratamos. El perseguir tus sueños así muchos te digan que no puedes. El no dejarte frenar por nada, ni por nadie, cuando sabes de lo valido de esos sueños. No era una madre de 26 años que deja a su hija de 2 años por perseguir sus sueños. Ella tenía un sentimiento del deber cumplido. Fue capaz de darle a sus hijos fortaleza y buenas costumbres. No eran perfectos, pero eran personas de bien y de trabajo.

El apego a lo material

El siguiente elemento que encontré en Gabriela N es uno que, aunque pareciera no ser tan importante o no debiera serlo, frena a muchas personas. Me refiero al amor o al apego a lo material por encima de los sueños y hasta de la dignidad. Aunque parezca increíble, existen personas humilladas y que han sido transgredidas en los valores fundamentales como ser humano, pero ponen por encima lo material. No dejan a su pareja por temor a perder la casa o a perder o dividir el negocio. Lo llaman, para que se escuche bonito «el legado de sus hijos» o lo que corresponda.

Gabriela N había pedido que se vendiera la casa y repartir el dinero en partes iguales, a lo que él se negó. Cuando ella estaba a punto de irse vinieron sus últimas patadas de ahogado. La amenazó de quedarse con la casa si se iba. Ella le respondió como se lo merecía. Yo escribiré la traducción de lo que le dijo, solamente por no afectar el pudor de los lectores. «Quédate con la casa, no me importa, haz lo que quieras con ella». Gabriela N demostró que los sueños y su salud son más importantes que las cosas materiales. Considero que las cosas deben de ser legales y justas, pero la elección es más fácil si se antepone la salud emocional. 

Apego a lo material

 

El comienzo de la travesía

Por todo lo que venía, pedí a Gabriela N que me hablará un mes después de vivir halla. Le dije que podíamos hacer algún trabajo por cualquier dificultad. Sobre todo, en lo referente al alejamiento de sus hijos. Ellos podían desarrollar posibles maneras de enfermar o tener problemas, para hacerla estar de regreso pronto. En fin, la llamada jamás llegó. Yo entendí que los avances de aquella mujer que llegó con un caminar lento, que las primeras sesiones no podía dejar de llorar, que llegó derrotada, ya había conseguido cambios extraordinarios. Si hubiera decidido quedarse no era un fracaso, la verdad. Simplemente se hubiera resignado o limitado sus sueños como muchos. Pero que ya lo hecho hasta el momento lo que comenzó como un caso de depresión ya era un éxito mayúsculo, extraordinario.

Pasaron muchos meses, la llamada ya no la esperada, cuando de pronto irrumpió a mi celular un mensaje que contenía noticias suyas y un agradecimiento. En el mensaje me informaba que estaba bien establecida en aquella ciudad. Que sus hijos estaban bien. Estaba estudiando algo que le encantaba y que era su sueño terminar esos estudios. Le agradecía a Dios su fortaleza y ponerme a mí en su camino por ayudarla. A lo que yo le respondí del enorme mérito de ella misma. Esto es verdad, no es falsa humildad. El psicólogo rescata las habilidades de las personas, trabaja para potencializarlas, pero no hace las cosas por ellos. Terminó la explicación y terminó la conversación.

Un caso de depresión parte 2

 

Tiempo después recibí un mensaje donde Gabriela N me dijo que se iba a graduar y volvió a agradecerme. Dentro de la conversación interrumpí sus agradecimientos con la reflexión de que la felicidad no era para la gente floja, reflexión que motivo este artículo. Hablamos acerca de todo lo que ella trabajo para conseguir sus sueños. Es un hecho, que no cualquiera lo hace y que el mérito de ella es enorme. Le dije del hecho, de que les dio una lección de vida a sus hijos, con sus logros y que a seguir para adelante. Nos despedimos y al final me sentí muy contento, además de satisfecho por aquella conversación.

Recapitulemos los siguientes elementos encontrados en la clienta o paciente que partió como un caso de depresión. Proseguiremos en la numeración de acuerdo a la parte 1.

Un caso de depresión parte 2 recapitulando 

5.-Entender que la vida es compleja. Se seguirán teniendo problemas, alegrías, tristezas, pero lo importante es afrontarlas. No todo lo podemos manipular. Existen cosas que no están en nuestras manos. La vida tiene un constante ir y venir. Lo más importante es estar preparados y confiar en los recursos aprendidos y en los que ya se tenían, pero que por diversas razones de dejaron de usar.

6.-Perseguir tus sueños. La vida, el ser feliz, así entendida por los soñadores, no sólo es la resolución de problemas o la falta de estos. Se compone también de la búsqueda de objetivos que encarnen nuestros deseos de superación. Es la búsqueda de cosas que van más allá de lo material y que componen la búsqueda de cosas que nos completen como seres humanos. En resumidas cuentas, hacer algo que nos llene, lo que nos gusta, lo que nos apasiona.

7.-Fuerza y valentía para sortear obstáculos poderosos. Hay algo que en psicología le llamamos ecología familiar o ecología sistémica. Se refiere a que las cosas se deben hacer cuidando el medio ambiente de la persona. Es medir la viabilidad de los cambios y las afectaciones que se lleven a cabo con esos cambios. No es lo mismo una madre que abandona a su suerte a su hija de 2 años, por el trabajo y/o búsqueda de una pareja, al caso de Gabriela N. En este caso se cuidó el ecosistema, tratando de asegurar lo más posible a sus integrantes.

En el caso de Gabriela N no existían razones de amor-odio que truncaban la realización de sus sueños. Lo que había era un temor claramente válido por la cultura o ecosistema familiar. En su caso se trabajó para minimizar el impacto de su decisión de cambiar de residencia. Eso es muy importante, respetar el ecosistema y la ecología de la familia. Como lo escribí en otro artículo, existen familias que funcionan como auténticas mafias. En estos casos lo conveniente es arrancar de tajo a la persona afectada, pero ese es otro tema, que quizás después se pueda escribir en torno a él.

8.- Poner por encima la felicidad, la paz, la tranquilidad, la salud mental y física de las cosas materiales. Existen muchos casos donde la salud, hasta la propia vida es puesta en riesgo en pro de conservar bienes materiales. En el caso de Gabriela N su desapego a los bienes materiales fue ejemplar. La tentación vino en un momento trascendental, donde había que tomar una decisión y en mi opinión, tomó la correcta. Esa decisión le impactó en sus posesiones materiales, pero alcanzó sus sueños.

Un caso de depresión parte 2 – Conclusiones finales

Para terminar, en esta reedición del artículo he seguido teniendo contacto con Gabriela N. Se graduó de la preparatoria y terminó la licenciatura y ya está titulada. Su próximo paso hasta donde supe, es aprender inglés. Recordar que su cambio comenzó después de los 40 años y hoy tiene más de 50. Ella sólo tenía la secundaria cuando comenzó su proceso. No confundirse tampoco, no se es menos si no se consiguen títulos universitarios o mucho dinero. Los sueños, objetivos, la tranquilidad y/o la paz están por encima del dinero muchas veces.

En el caso de Gabriela, ese fue el camino que ella se trazó. Cada persona tiene sueños y objetivos particulares. Una particularidad es que hoy sus hijos viven en la misma ciudad a donde ella se mudó. Al final, ni siquiera eso perdió.

Recordemos que todo comenzó como un caso de depresión, diagnosticado por un psiquiatra como depresión mayor. Lo importante es no quedarse anclado, creer que esa es tu suerte y tu cruz. Cuando te das cuenta que tus decisiones pueden cambiar tu vida, te alejas de la visión de un destino miserable “que te toco y al que te tienes que resignar”.

No hay sueños pequeños, ni grandes, simplemente hay sueños y objetivos. Cada persona persigue objetivos y sueños medibles con respecto a su historia de vida. Gabriela se dio cuenta que no había una historia escrita para ella, ella la escribía. El lector de este artículo puede comprobar esto científicamente, como lo hizo Gabriela. Basta comenzar por pequeños cambios al principio. Cuando menos te des cuenta voltearás hacia atrás y te darás cuenta de lo lejos que has llegado.

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Un caso de depresión parte 2